Cuando pienso en mi niñez, me pregunto como me las arreglé para sobrevivir. Era, por supuesto, una infancia miserable: la infancia feliz difícilmente vale la pena. Peor que la infancia miserable común es la infancia miserable irlandesa, y peor aún es la infancia miserable católica.
Frank McCourt nació en Brooklin, Nueva York el 19 de agosto de 1930. Hijo mayor de una familia de padres irlandeses emigrados a Estados Unidos por la hambruna y la miseria que asolaban su país natal, Irlanda, en ningún momento lograron alcanzar en el Nuevo Mundo un nivel de vida mínimo que les alejara de la miseria. Ambos se conocieron y se casaron en Nueva York, adonde habían emigrado por separado. Entonces los padres decidieron retornar de nuevo a la ciudad de Limerick, Irlanda en 1934, de donde era originaria la madre. Sin embargo allí las cosas no pasan como esperan y se hunden aún más en la miseria. La familia vive en un departamento con 2 habitaciones con una sola bombilla, compartiendo la habitación con pulgas y chinches. Todos los vecinos comparten una única letrina. El padre rara vez encuentra trabajo, y cuando lo consigue, aparte de que suelen ser los trabajos que la mayoría rechazan, como carbonero, se bebe las escasas ganancias en los pubs de la ciudad. La familia sobrevive gracias a la caridad pública y gracias a los pequeños trabajos que consiguen realizar los hijos, tales como recoger los pequeños trozos de carbón que los carros carboneros dejan caer por sus reorridos por la ciudad. Por si fuera poca desgracia, la familia materna desprecia al padre de Frank porque es norirlandés, lo que hace que no les ayuden en nada. Cuando estalla la Segunda Guerra mundial, el padre, junto con otros irlandeses se traslada atrabajar a Gran Bretaña, país del cual se independizó Irlanda el 6 de diciembre de 1922. Se traslada a una planta de Defensa Civil de Coventry, Inglaterra, Es la última vez que la familia ve al padre, pero sólo realiza un envio de dinero a la familia. Asi Frank y sus hermanos pueden ver como las demás familias viven una época de progreso a causa de la Segunda Guerra Mundial, donde todos los hombres encontraron trabajo en Inglaterra, pero los McCourt son un caso aparte, prosiguiendo con su vida de miseria. En cuanto Krank consigue ahorrar algo de dinero y cumple la mayoría de edad, compra un pasaje para Nueva Cork, ciudad en la que nación.
El libro narra la niñez y adolescencia del autor, desde su nacimiento en Nueva Cork hasta la vuelta a su ciudad natal. Con el enorme éxito del libro, el autor, que fue maestro en EEUU el resto de su vida hasta la jubilación, escribió otros tres libros, que narran el resto de su vida. Con este libro obtuvo el premio Pulitzer en 1997 y el premio del Circulo de Críticos en 1996. Frank murió de cáncer en 2009.
No hay comentarios:
Publicar un comentario