miércoles, 16 de junio de 2010

Los intereses creados

Escrita por Jacinto Benavente en 1907, esta obrilla de teatro es de lo mejor que he leído. El argumento trata de una pareja de pícaros que llegan a una ciudad italiana donde son desconocidos, luego pueden usar esto como un arma para conseguir sus propósitos. Crispín se hace pasar por criado de su compañero Leandro, pero al menos al principio, este último obedece al primero, que es la mente del grupo. Aquí ya hay un truco para equívocos, pues tienen que disimular delante de otros para que Leandro reciba las órdenes de Crispín.

Como Leandro llega a la ciudad con buenas ropas y buena apariencia, seguramente producto de sus engaños y raterías anteriores, esto les permite presentarse a la gente rica de la ciudad y obtener crédito sin ningún trámite más. Aquí hay una cierta crítica social porque el hábito sí hace al monje y la gente se fía sin más de la apariencia. Aunque enemos que reconocer que eso nos pasa un poco a todos. Confiamos ciegamente en la gente bien vestida y desconfiamos de los mal vestidos.

Vemos pues a la pareja de pícaros instalados en una buena casa, con multitud de criados y con comida digna de un rey. Y todo a crédito. Para pagar lo debido y que les sirvan fiando más, deciden que Leandro se debe casar con Silvia, la hija de Polichinela, el hombre más rico de la ciudad.

Si quieres conocer más a fondo el argumento, pincha aquí. Pero ojo, que también se descubre toda la trama y el final. Puedes leer el enlace de wikipedia.

Muy recomendable su lectura. Es corta y muy agradable de leer. Se lee en un plis plas.

sábado, 12 de junio de 2010

Mester de clerecía

Mester traigo fermoso, non es de joglaría,
mester es sin pecado, ca es de clerezía;
fablar curso rimado por la cuaderna vía,
a sílabas contadas, ca es grant maestría.


Muerte de Antoñito el Camborio, García Lorca

Muerte de Antoñito el Camborio
Federico García Lorca





Voces de muerte sonaron
cerca del Guadalquivir.
Voces antiguas que cercan
voz de clavel varonil.
Les clavó sobre las botas
mordiscos de jabalí.
En la lucha daba saltos
jabonados de delfín.
Bañó con sangre enemiga
su corbata carmesí,
pero eran cuatro puñales
y tuvo que sucumbir.
Cuando las estrellas clavan
rejones al agua gris,
cuando los eriales sueñan
verónicas de alhelí,
voces de muerte sonaron
cerca del Guadalquivir.
—Antonio Torres Heredia,
Camborio de dura crin,
moreno de verde luna,
voz de clavel varonil.
¿Quién te ha quitado la vida
cerca del Guadalquivir?
—Mis cuatro primos Heredias,
hijos de Benamejí.
Lo que en otros no envidiaban,
ya lo envidiaban en mí.
Zapatos color corinto,
medallones de marfil,
y este cutis amasado
con aceituna y jazmín.
—¡Ay Antoñito el Camborio,
digno de una emperatriz!
Acuérdate de la Virgen
porque te vas a morir.
—¡Ay Federico García,
llama a la Guardia Civil!
Ya mi talle se ha quebrado
como caña de maíz.
Tres golpes de sangre tuvo
y se murió de perfil.
Viva moneda que nunca
se volverá a repetir.
Un ángel marchoso pone
su cabeza en un cojín.
Otros de rubor cansado
encendieron un candil.
Y cuando los cuatro primos
llegan a Benamejí,
voces de muerte cesaron
cerca del Guadalquivir.

El desesperado





—Madre mía, si me muero
deste mal que Dios me ha dado,
por mí no toquen campanas
ni me entierren en sagrado;
que me hagan sepultura
a orillas de un verde prado,
donde no pasen ovejas
ni otra clase de ganado;
por cabecera me pongan
un canto de oro labrado
con un letrero que diga:
"Ya murió un desesperado:
no murió de calenturas,
ni de dolor de costado,
¡que murió de mal de amores,
que es un mal desesperado!"

Romance del conde Arnaldos


¡Quién hubiese tal ventura
sobre las aguas del mar
como hubo el conde Arnaldos
la mañana de San Juan!
Con un halcón en la mano
la caza iba a cazar.
Vio venir una galera
que a tierra quiere llegar.
Las velas traía de seda,
la jarcia de un cendal;
marinero que la manda
diciendo viene un cantar
que la mar hacía en calma,
los vientos hace amainar,

los peces que andan al hondo
arribalos hace andar,
las aves que van volando
al mástil van a posar.
Allí habló el conde Arnaldos,
bien oiréis lo que dirá:
-Por Dios ruego, marinero,
dígasme ahora ese cantar.
Respondióle el marinero,
tal respuesta le fue a dar:
-Yo no digo mi canción
sino a quien conmigo va.

Para entender mejor el poema, sigue este enlace. Para un análisis más profundo, sigue este otro.

Romance del prisionero



Que por mayo era, por mayo,
cuando hace el calor,
cuando los trigos encañan
y están los campos en flor,
cuando canta la calandria
y responde el ruiseñor,
cuando los enamorados
van a servir al amor,

sino yo, triste, cuitado,
que vivo en esta prisión,
que ni sé cuándo es de día
ni cuándo las noches son,
sino por una avecilla
que me cantaba al albor.
Matómela un ballestero,
déle Dios mal galardón.

Romance del Conde Olinos



Madrugaba el Conde Olinos,
mañanita de San Juan,
a dar agua a su caballo
a las orillas del mar.
Mientras el caballo bebe
canta un hermoso cantar:
las aves que iban volando
se paraban a escuchar;
caminante que camina
detiene su caminar;
navegante que navega
la nave vuelve hacia allá.

Desde la torre más alta
la reina le oyó cantar:
-Mira, hija, cómo canta
la sirenita del mar.
-No es la sirenita, madre,
que esa no tiene cantar;
es la voz del conde Olinos,
que por mí penando está.
-Si por tus amores pena
yo le mandaré matar,
que para casar contigo
le falta sangre real.

-¡No le mande matar, madre;
no le mande usted matar,
que si mata la conde Olinos
juntos nos han de enterrar!
-¡Que lo maten a lanzadas
y su cuerpo echen al mar!
Él murió a la media noche;
ella, a los gallos cantar.
A ella, como hija de reyes,
la entierran en el altar,
y a él, como hijo de condes,
unos pasos más atrás.

De ella nace un rosal blanco;
de él, un espinar albar.
Crece el uno, crece el otro,
los dos se van a juntar.
La reina, llena de envidia,
ambos los mandó cortar;
el galán que los cortaba
no cesaba de llorar.
De ella naciera una garza;
de él, un fuerte gavilán.
Juntos vuelan por el cielo,
juntos vuelan para a par.

Este es uno de los romances más populares. La trágica historia de amor está pensada para el final feliz, más allá de la muerte. Por eso, Pidal le da el quevedesco título de Amor más poderoso que la Muerte.

Romance de Abenámar



-¡Abenámar, Abenámar, moro de la morería,
el día que tú naciste grandes señales había!
Estaba la mar en calma, la luna estaba crecida,
moro que en tal signo nace no debe decir mentira.

Allí respondiera el moro, bien oiréis lo que diría:
-Yo te lo diré, señor, aunque me cueste la vida,
porque soy hijo de un moro y una cristiana cautiva;
siendo yo niño y muchacho mi madre me lo decía
que mentira no dijese, que era grande villanía:
por tanto, pregunta, rey, que la verdad te diría.
-Yo te agradezco, Abenámar, aquesa tu cortesía.
¿Qué castillos son aquéllos? ¡Altos son y relucían!

-El Alhambra era, señor, y la otra la mezquita,
los otros los Alixares, labrados a maravilla.
El moro que los labraba cien doblas ganaba al día,
y el día que no los labra, otras tantas se perdía.
El otro es Generalife, huerta que par no tenía;
el otro Torres Bermejas, castillo de gran valía.
Allí habló el rey don Juan, bien oiréis lo que decía:
-Si tú quisieses, Granada, contigo me casaría;
daréte en arras y dote a Córdoba y a Sevilla.
-Casada soy, rey don Juan, casada soy, que no viuda;
el moro que a mí me tiene muy grande bien me quería.


miércoles, 2 de junio de 2010

Las tribulaciones de Wilt, de Tom Sharpe


La serie sobre Wilt es una serie de libros escritos por el escritor británico Tom Sharpe (su biografía es bastante interesante) cuyo personaje principal es un profesor de secundaria (Wilt) desencantado de la vida que tiene que lidiar con un inspector de policía (Flint), con su impetuosa esposa (Eva) y sus hijas gemelas. El humor de Tom Sharpe es ácido, corrosivo, lo que hace que algunas personas les parezca poco o nada agradable. Reseña. Otra reseña. Otra opinión pero con letra tan pequeña que es difícil leerla. Otra opinión más.

Existe una película llamada Wilt, pero no se muy bien sobre que libro de la serie está basada. Fim Affinity. Wikipedia.

Enlace de eMule de Wilt no se aclara.
Enlace de eMule de Las tribulaciones de Wilt.Enlace