jueves, 8 de octubre de 2009

Papillon, de Henry Charrière


TEXTO DE LA CONTRATAPA:

En mayo de 1969 apareció en París el libro de un desconocido, antiguo presidiario llamado Papillon, que era su apelativo de batalla en el hampa. Más de un millón de ejemplares vendidos en Fracia, veintitrés traducciones en cuatro continentes, libros y libelos contra el autor, un filme protagonizado por el recordado Steve McQueen y Dustin Hoffman, tumultos en las calles, conformaron un acontecimiento literario sin precedentes. Condenado a cadena perpetua por un crimen que no había cometido, Papillon llegó al infierno verde de la prisión de cayena, decidido a no morir y a fugarse de allí. Parece imposible pero Papillon no se entrega jamás. Sucede la más fantástica serie de aventuras. Fugas, crímenes, la isla de los leprosos, los indios de Colombia, la vuelta al presidio, dos años en una jaula de fieras, la terrible vida de los penados que sobreviven a la muerte. Finalmente la libertad. Papillon es un libro inolvidable que nadie dejará de leer.






EL AUTOR:

En wikipedia, explica gran parte de la vida del autor, que es tanto como contar la novelas, ya que esta es una autobiogrfía. En esta enlace hay una entrevista a Henry hecha en Buenos Aires el 13 de abril de 1972, que curiosamente, está centrada más en la política sudamericana que en su vida o en sus libros. En letralia, hay otra entrevista más centrada en su vida y sus dos libros; está erstá realizada en la isla de Mallorca.




OPINIONES RECOGIDAS EN LA RED.

Esta opinión de Bibliópolis me gustó mucho. Por esto la recojo acá. También esta otra opinión recojida en elaleph. En general, las opiniones se muestran favorables, algunos incluso llegan a firmar que les marcó la vida o les impresionó tanto, que después de años de haberla leído, la recuedan con agrado. En general, opinan que la pelicula, aún siendo buena, no lo es tanto como la novela. Otra opinión más.




Texto de Jean-Pierre Castelnou.

PRESENTACIÓN.

Sin duda, este libro no hubiera existido si, en julio de 1967, en los diarios de Caracas, un año después del terremoto que la había destruido, un joven hombre de sesenta años no hubiera oído hablar de Albertine Sarrazin. Ese pequeño diamante negro todo brillo, risa y coraje acababa de morir. Era célebre en todo el mundo por haber publicado, en algo más de un año, tres libros de los cuales dos hablaban de sus fugas y sus prisiones.

Ese hombre se llamaba Henry Charrière y regresaba de lejos. Para ser precisos, del presidio de Cayena, al que había sido "subido" en 1933, reo si, pero por un homicidio que no había cometido, y condenado a perpetuidad, o sea, hasta su muerte. Henry Charrière llamado Papillon -en otro tiempo- en el ambiente, nacido francés de una familia de maestros de Ardèche, en 1906, es venezolano. Porque ese pueblo prefirió su mirada y su palabra a su prontuario judicial y porque trece años de evasiones y de luchas para escapar al infierno del presidio configuran más un porvenir que un pasado.

En julio del 67 Charrière va a una librería francesa de Caracas y compra L'Astragale. Sobre la faja del libro una cifra: 123.000. Lo lee y se dice, simplemente: "Es hermoso, pero si la chiquilla, con sus huesos rotos y yendo de escondite en escondite, ha vendido 123.000 ejemplares, yo, con mis 30 años de aventuras, venderé tres veces más".

Razonamiento lógico, pero que no podría ser más peligroso, ya que desde el éxito de Albertine, entre otros, los escritores de los editores están sepultados bajo docenas de manuscritos sin esperanza. Porque la aventura, la infelicidad, la injusticia, aun las más intensas, no hacen forzosamente un buen libro. Es necesario saber escribirlos, es decir, tener ese don injusto que hace que un lector vea, experimente, viva en su interior, como si le perteneciera, todo lo que se ha visto, experimentado y vivido el que lo escribió.

En este sentido, Charrière tiene suerte. Nunca había pensado escribir ni una sola línea de sus aventuras. Él es un hombre de acción, de vida, de sangre caliente, una generosa tempestad de mirada maliciosa, voz meridional cálida y un poco áspero. Se le puede escuchar durante horas porque cuenta como ninguno, es decir, como lo hacen los grandes conversadores. Y el milagro se produce: libre de todo contacto y toda ambición literaria (me escribirá: le envio todas mis aventuras. Hágalas escribir por alquien que conozca el oficio.) Lo que él escribe es "como él se lo cuenta a usted", se ve, se siente, se vive, y si por desgracia hay que detenerse al final de una página cuando está contando que va al baño (lugar de importancia múltiple y considerable en el presidio), estamos obligados a dar vuelta a la página prque ya no es él quien tiene que ir, sino nosotros mismos.

Tres días después de haber leído L'Astragle, escribe los dos primeros cuadernos de golpe, cuadernos de formato escolar, con espiral. Se toma tiempo para formarse una o dos opiniones sobre esta aventura, quizás más sorprendente para él que todas las otras. Se lanza a continuar el libro a comienzos del 68. En dos meses termina los otros ds cuadernos.
Y como en el caso de Albertine, el manuscrito me llega por correo, en setiembre. Tres semanas después, Charrière estaba en Paris. Yo había lanzado a Albertine con ayuda de Jean-Jaques Pauvert. Charrière me confía su libro.

A este libro, escrito al rojo vivo del recuerdo, valupeado por entusiastas, distintas y no siempre muy francesas dactilógrafas, no lo toqué por así decirlo. No hice más que restablecer la puntuación, aclarar ciertos hispanismos demasiado oscuros, y corregir algunas confusiones de sentido e inversiones de bida a la práctica cotidiana, en Caracas, de tres o cautro lenguas aprendidas oralmente.

En cuanto a su autenticidad, yo me erijo en garante. Dos veces Charrière vino a Paris y hablamos largamente , durante varios días y algunas noches. Es evidente que, treinta años después, algunos detalles pueden haberse esfumado o haber sido modificados por la memoria. Pero son insignificantes. En lo que respecta al fondo, , no hay más que remitirse a la obra del porfesor Devèze, Cayena, (Juilliard, col. Archives, 1965), para comprobrar inmediatamente que Charrière no fantaseó ni sobre las costumbres del presidio ni sobre su horror. Todo lo contrario.

Por principio, cambiamos los nombres de los presidiarios, de los guardianes y de los comandantes de la Administración Penitenciaria. El propósito de este libro no es atacar a las personas sino fijar los tipos de determinado mundo. Lo mismo se hizo con las fechas: algunas son precisas, otras sólo indican épocas. Es suficiente. Charrière no quiso escribir un libro de historia sino relatar, tal como lo vivió, con dureza, con fe, lo que aparece como la extraordinaria epopeya...

Jean-Pierre Castelnou.




SINOPSIS:

El autor, Henry Charrière, alias Papillon (mariposa en frances), es condenado a cadena perpetua en los años 30 por el asesinato de un chulo de los bajos fondos, crimen que él asegura que no cometió. Su único objetivo es escaparse y vengarse de los policías que testificaron falsamente contra él. Es enviado a la Isla del Diablo, en la Guayana Francesa, donde una de las principales industrias es el duro y severo penal, donde no se respetan los derechos humanos.

Varias veces se escapa, y varias veces es apresado, pero reenviado a otras cárceles. Se hace pasar por loco (al parecer muchos enloquecen en la prisión), por el simple motivo que el presidio para locos esta menos vigilado. Se escapa, finalmente, nadando con unas bolsas repletas de cocos y atadas entre si, una especie de proyecto de patera. Llega a Colombia, donde es ingresado en otra prisión se escapa, y viaja a Venezuela, donde es internado otra vez en prisión, de donde vuelve a escapar.




MI OPINIÓN:

El libro tiene dos posibles lecturas:

  • Como un libro de aventuras
  • Como un libro de denuncia sobre la policía, la justicia y el sistema carcelario
  • Como un libro de memorias


Desde el primer punto de vista, es muy entretenido. Charrière no es un escritor profesional, lo que tiene la ventaja de que su estilo literario es fresco y novedoso. El autor se aleja de los floripondios estilísticos y usa un lenguaje llano. Por eso su lectura es amena y entretenida. En uan de las entrevistas cuyo enlace publico más arriba, el entrevistador, al escribir la crónica, escribe cosas como esta:

Entrevistar a Henri Charrière era fácil. Su simpatía y naturalidad para hablar de la vida, salpicada por torrentes de apasionantes anécdotas que encandilaban y atrapaban al oyente, hacen casi imposible resumir la charla en un solo artículo. Este mago de la conversación y la “literatura oral”, que tanta fama y dinero le reportaron, no podía sujetarse a un solo tema específico o a una respuesta breve. Sus contestaciones a menudo le llevaban a recordar algo completamente ajeno al tema en discusión y en esto se sumergía, siempre con la misma intensidad y elocuencia. Su estilo era inconfundible y su enfoque sobre la vida, pleno de vibrante vivacidad.


Y si has leído atentamente el texto presentación de Castelnou, veras lo mismo. Castelnou cataloga a Charrière como un hombre de acción, no de introspección. También afirma la enorme locuacidad de Henry, y que pasó varios días y hasta noches charlando con él. Así que yo veo más a Charrière como un antiguo juglar, uno de aquellos hombres que iban de pueblo en pueblo, de feria en feria, contando historias de caballeros andantes y damas en apuros, aunque las historias que cuenta Charrière son sus historias, vividas por él. Por lo tanto, Charrière no es un hombre de letras. Supongo que apenas habrá leído unos pocos libros en su vida.

Como un libro de denuncia, este es un aspecto obvio, aunque Charrière no insiste mucho en ello.

En cuanto al tercer aspecto, como libro de memorias, he de señalar que, con los pasos de los años, la memoria va olvidando algunos aspectos de nuestro pasados que nos desagradan, tiende a buscar los aspectos positivos dentro de los malos, y engrandece en demasía los buenos. Este es un aspecto natural de todo ser humano.

Pero aparte de esto, yo desconfío de los autobiografias y libros de memorias. Generalmente, uno escribe sus memorías cuando ya es bastante mayor. Muchas de las personas involucradas en los hechos han desaparecido de la faz de la tierra. Y aunque no lo hayan hecho todavía, son su palabra contra la tuya. Además, se suelen narrar hechos que sucedieron antes de hacerse famoso el autor de las mismas. Por lo tanto, son hechos que no figuraron en los periódicos, revistas, boletines de noticias de radio o televisión.

Todos estos motivos me ha llevado siempre a desconfiar de los libros de memorias.

En todo caso, aunque quizás tenga algunos aspectos o pequeños detalles de ficción, es un libro muy ameno, de muy fácil y agradable lectura. Lo recomiendo especialmente para adolescentes y gentes deseosas de libros de aventuras. Por este motivo, lo incluyo entre mis libros imperdibles.


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