domingo, 5 de julio de 2009

La Boca del Nilo, de León Arsenal



TEXTO DE LA CONTRATAPA:

En el año 60 o 61 después de Cristo; Nerón envia a Egipto al tribuno Claudio Emiliano con una doble misión: guiar a una embajada romana hasta el reino de Meroe y proseguir luego al sur en busca de las legendarias fuentes del Nilo. Esta increíble expedición, que sólo pudo repetirse en el siglo XIX, y que registran autores como Séneca y Plinio el Viejo, ha pasado extrañamente inadvertida a lo largo de la historia.

A través de estas páginas nos adentramos en un territorio tan exótico como temible, donde los peligros de la naturaleza y de las poblaciones salvajes, los complots internos, las batallas sorpresivas y las emboscadas militares y amorosas aguardan a cada paso. Claudio Emiliano y el prefecto Tito compiten por el mando de la expedición, y también por el amor de Senseneb, sacerdotisa de Isis, pero los designios e intereses de esta seductora embajadora de los nubios son tan engañosos como los de Paulo, espìa de Nerón, los de Basílides, el bibliotecario de Alejandría, y los de Merithot, un extraño sacerdote egipcio. Todos tienen mucho que ganar y mucho que perder en esta larga travesía que puede costarles la propia vida.

Las fuentes del Nilo.



EL AUTOR:

Nació en Madrid en 1960, pero también vivió en A Coruña, donde cursó estudios en la Escuela Superior de la Marina Civil. Pasó varios años navegando, y más tarde desempeñó varios oficios en tierra firme.

En cuanto a su carrera literaria, su primera novela fue El Hombre de la Plata, narración situada en el Tartessos del siglo VI antes de Cristo. También dirigió la revista literaria Galaxia, revista que obtuvo el premio a la mejor publicación de literatura fantástica, otorgada por la Asociación Europea de Ciencia Ficción.

En los siguientes enlaces se pueden ver sus novelas publicadas hasta el momento.

Página del autor.

gina de Wikipedia sobre el autor.

En la página del autor, puede leerse un resumen del propio autor, así como un texto de la novela. Ganó el premio Minotauro por su novela Máscaras de Matar en 2004, y anteriormente también ganó el premio Ignotus, en el 2000, por su cuento En las Fraguas Marcianas.


ARGUMENTO DEL LIBRO:

La expedición realmente existió, pero se escribió muy poco sobre ella. Por alguna extraña razón, pasó totalmente desapercibida. Nerón, en su megalomanía, envió una expedición a descubrir las fuentes del Nilo. Nerón envió dos centurias. Cada centuria estaría formada, según el autor, por 80 legionarios, por lo que debían ser 160 hombres. Según este enlace de Wikipedia, la centuria debía estar formada por entre 60 y 160 hombres (esto último en el caso de la primera centuria de cada cohorte, que tenía el doble de miembros). Pero el mismo autor afirma que rara vez se cumplía esta regla, y que casi siempre la cohorte tenía un número inferior. Además, se añaden mercenarios nubios, hispanos, honderos libios y arqueros sirios o persas.

Además, el emperador Nerón, en su locura megalomaníaca, envía a la expedición su imagen en oro, pretendiendo ser él también quién, con este artificio de loco, ser quién descubra, a través de su imagen, las fuentes del Nilo. Y como el emperador debe ir siempre protegido por sus pretorianos, envía a una guardia pretoriana para proteger su imagen, él mismo en persona, según su propia visión. Esta guardia pretoriana era, según diríamos, una fuerza de élite, guardia personal del propio emperador y de la ciudad de Roma. Esta guardia pretoriana tuvo, en algún momento tanto poder, que asesinó a Calígula y puso en su lugar a Claudio. El propio Nerón tuvo que huir de Roma ante el abandono de su guardia pretoriana para suicidarse más tarde. Probablemente, entre legionarios, pretorianos y mercenarios fueran algo más de 500 hombres armados.

Como Nerón era un emperador manirroto y dilapidaba el dinero del imperio en fastuosos juegos, a la hora de armar la expedición, no había plata para financiarla. Así que el gobernador romano de Egipto recaudó dinero entre los comerciantes de Alejandría para financiarla. Según León Arsenal, los comerciantes alejandrinos pretendían sustituir a los comerciantes nubios que traían productos del África Negra, especialmente marfil y animales exóticos (vía Nilo). Los comerciantes no sólo financian la expedición de legionarios romanos, sino que además forman una segunda caravana civil que, con la protección de la primera, pretende entablar relaciones comerciales con el África Negra, saltándose la onerosa escala nubia.

La expedición legionaria romana es bicéfala. Su máxima autoridad es Claudio Emiliano, romano de Roma, de la clase senatorial (la máxima clase social detrás del emperador y su familia) de casi 30 años:

«Emiliano, que aún no contaba con treinta años cuando fue nombrado tribuno militar de esa expedición, era de familia ecuestre, urbano de pura cepa, y llevaba la política en la sangre. Instruido, despierto y lleno de ambiciones, se hallaba en esa frontera lejana por orden del emperador y muy contra su voluntad. Era de estatura media, tan bien formado como una estatua griega, con un rostro de belleza romana, de cabellos rubios y unos ojos azules que cambiaban de tono como las mareas del mar.»

Este Claudio Emiliano es una especie de Brad Pitt del imperio romano.

El segundo al mando es Tito Fabio Tito:

«Romano de Asia, no era más que un oscuro oficial de las legiones, y había hecho toda su carrera en las fronteras de Egipto; al mando de legionarios, de auxiliares o incluso de mercenarios indígenas. Era un poco más alto que Emiliano, membrudo y fuerte, de rasgos marcados y pelo negro algo ensortijado. Era también más viejo, de unos cuarenta años, y apuesto a su manera, con una sonrisa que, cuando la mostraba de repente, en su rostro requemado por los soles etíopes, resultaba deslumbrante y podía ser, cuando él quería, de lo más cautivadora.»

Siguiendo con la comparación cinematográfica, este Tito sería una especie de Russel Crowe legionario. Además, la comparación es más acertada porque este actor hizo la película Gladiator. A diferencia de Claudio Emiliano, este es un hombre de la clase social más baja, de la plebe, que ha conseguido escalar posiciones en el ejército a fuerza de ser un legionario experto en el mando, cruel con los derrotados y con sus mismos soldados que incumplen sus órdenes. Sus soldados le respetan y le temen, que viene a ser más o menos lo mismo.

Se ve claramente que ambos personajes son la tesis y la antitesis, la cara y la cruz, dos personajes totalmente opuestos.

Entre los dos saltaban numerosas chispas, esto aún antes de que aparezca el tercer personaje principal de la novela: Senseneb, sacerdotisa nubia de Isis, embajadora de los reyes nubios.

«Era la más alta de las tres [las otras dos eran sus esclavas personales] y el gran tocado lunar le hacía parecer aún de mayor estatura. Iba cubierta de pies a cabeza con velos, que al avanzar ondeaban a su alrededor como un oleaje de gasas. Pocos de los mirones dejaron de fijarse en la forma que tenía de caminar, con andares languidos y propios de alguien que se sabe poderoso.»

Si ya antes de que llegase la embajadora nubia las chispas saltaban entre los dos primeros, tras su llegada esto se acentúa.

Estos tres son los personajes principales, amén de una docena de personajes secundarios.



OPINIONES SOBRE EL LIBRO:

En la web encontré este comentario (copio el último párrafo):

«A título personal creo que "La Boca Del Nilo" es uno de esos trabajos que los seguidores del autor van (vamos) a tener como punto de referencia de su obra durante muchísimo tiempo. He de confesar que varios han sido los libros que de Arsenal tengo leídos, pero pese a que con todos he disfrutado como un verdadero enano ("Máscaras De Matar" es sin lugar a dudas uno de mis preferidos), éste sin discusión es el que más me ha gustado hasta la fecha, y con diferencia. Creo que se ha superado con creces a sí mismo. Miedo me da pensar dónde está poniendo el listón, y si será capaz de mantener en sus próximas obras el nivel al que nos está malacostumbrando. Sólo el tiempo, y horas de lectura, nos podrán sacar de dudas.»

En esta web hay un breve comentario escrito cuando la novela recibió el II Premio Internacional de Novela Histórica Ciudad de Zaragoza:

«Lasala, resaltó que 'sabe describir exhaustivamente y con enorme documentación los detalles del paisaje de Egipto y las formaciones para la guerra y las expediciones de Roma', y valoró su 'atinado' retrato de los personajes, con los rasgos psicológicos 'justos, más reveladores', además de que la novela es 'tan entretenida como ilustrativa'.»

Pero este comentario me parece un poco prefabricado, quiero decir, el algún oscuro rincón debe haber algún escritor frustrado escribiendo comentarios de libros al uso, como si fueran autos en una cadena de producción. No parece que sea un juicio mínimamente crítico.

Otro comentario del libro en este enlace. Dudo que el autor del comentario se haya leído el libro porque dice que está en primera persona, cuando el libro está redactado en tercera persona. En castigo, no copio nada del comentario.

Este otro comentario está enmarcado dentro de un juicio que hace la autora del mismo a las novelas históricas (la autora del comentario es historiadora).

En este enlace hay un muy breve comentario del libro. Y en este foro también.

MI OPINIÓN:

El libro es una novela histórica, crónica de un viaje, donde la mayoría de sus personajes son militares. Esto encuadra enseguida la novela. Además hay un triángulo amoroso entre sus tres principales personajes. Este es un acierto de León, el introducir una mujer sensual en la novela, un poco a la fuerza. No se entiende muy bien que pinta esta mujer o que misión exactamente le han encomendado los reyes de Nubia. Este es un punto poco argumentado de la novela.

En cuanto a su lenguaje, la novela está bien escrita, pero no apasiona. Me gusta especialmente como relata el autor las dos o tres escenas de sexo, pues considero que este es un punto un poco difícil de relatar sin caer en tópicos.

Es una novela muy entretenida de leer, y según parece (y el autor asegura) muy documentada con historiadores profesionales especializados en la época del siglo I. La recomiendo especialmente para aquellos que les gusten las novelas livianas de lectura, aunque no de contenido, ya que esta novela pesa casi 600 páginas. También la recomiendo para aquellos lectores que, aún gustándoles novelas más densas y pesadas, busquen alguna lectura para épocas más relajadas como las vacaciones veraniegas, época en que, por el motivo que sea, acostumbramos a dejar de vacaciones también las neuronas. Suponiendo que el autor respete la época histórica (no tengo ningún motivo para dudarlo pero tampoco soy historiador como para corroborarlo), esta sería una novela muy recomendada para historiadores o aficionados a la historia.

No hay comentarios:

Publicar un comentario