jueves, 9 de julio de 2009

Regenta (La), de Leopoldo Alas "Clarín"

TEXTO DE LA CONTRATAPA:

Por encima de las diversas etiquetas que la historia literaria le ha ido endosando realista versus naturalista, lo verdaderamente singular en La Regenta es la inmensa complejidad y riqueza de matices con que el conflicto se produce.

Leopoldo Alas, "Clarín", consciente de la plenitud y madurez de su novela, en una carta a un amigo confesaba su emoción por haber acabado 'a los treinta y tres años una obra de arte'.

Supo trazar un pormenorizado retrato de una ciudad de provincias, Vetusta, que, anclada en el más rancio pasado, es incapaz de prosperar a fuerza de bañarse en sus propias carencias.

Junto a la ciudad, sus habitantes, comparsas de un teatro de apariencias en el que nada es lo que parece.

Entre ellos, Ana Ozores y el Magistral, espíritus controvertidos que, creyéndose superiores al resto de sus paisanos, acabarán por caer en su mismo lodo.

Es considerada la obra cumbre de su autor y de la novela del siglo XIX.

Ha sido llevada al cine y a la televisión, lo que sin duda da fe de su vigencia.







EL AUTOR:


Leopoldo Alas "Clarín" (Zamora 25 de abril de 1852 - Oviedo, 13 de junio de 1901) nació en Zamora porque su familia se había trasladado allí desde Oviedo porque a su padre le habían nombrado gobernador de la provincia zamorana.

En la casa se hablaba continuamente de Asturias y su madre, con cierta nostalgia, contaba relatos de aquella tierra de sus antepasados. Este ambiente influyó en gran medida en el espíritu del niño Leopoldo que desde siempre se sintió más asturiano que zamorano, aunque a lo largo de su vida conservó un cariño especial por las tierras que le vieron nacer.

Tras iniciarse en los estudios a los 7 años en los jesuítas de León, donde era alumno modelo, se trasladó en 1859 a Asturias con toda su familia. Allí Leopoldo descubrió con sus propios ojos la geografía asturiana de la que tanto había oído hablar a su madre. Durante los años siguientes Leopoldo se encuentra en libertad por las tierras de Guimarán, propiedad de su padre, donde aprenderá directamente de la Naturaleza y de los libros que encuentra en la vieja biblioteca familiar, donde entra en contacto por primera vez con dos autores que serán sus maestros: Cervantes y Fray Luis de León.

También vivió en Guadalajara durante varios años de la niñez debido a que su padre desempeñó el cargo de Gobernador Civil de estas dos provincias. Posteriormente se trasladó a Oviedo, donde estudió el bachillerato. Pasó en Madrid casi siete años, de 1871 a 1878, estudiando la carrera de Derecho, en la que se doctoró. En 1883 regreso a Asturias para ocupar en la Universidad la cátedra de Derecho Romano. Cinco años después obtuvo la de Derecho Natural.

Durante sus 7 años madrileños, además de sus estudios de Derecho, empezó a escribir artículos periodísticos, que abarcaban temas tan amplios como los campos filosóficos, religioso, político y literario. En la universidad, los maestros más estimulantes eran los seguidores de Karl Krause, que "fue pionero en reivindicar la igualdad de derechos entre el hombre y la mujer, los derechos de los niños así como los derechos de la naturaleza, esto es, el ecologismo". El krausismo pretendía poner en contacto al alumno con la naturaleza y con cualquier objeto de conocimiento (de ahí la importancia de las clases experimentales y de las excursiones), así como a establecer un gradualismo desde los gérmenes de cada disciplina de conocimiento hasta la suma complicación e interconexión de los niveles superiores. Por otra parte, es fundamental en el krausismo la laicidad y la creencia adogmática en un dios ajeno a reglamentaciones de ningún tipo, la cooeducación, el racionalismo, la libertad de cátedra y de investigación, libertad de textos y supresión de los exámenes memorísticos.En una palabra, una Escuela activa, neutra y no dogmática, basada en el método científico, que abarca toda la vida del hombre y que pretende la formación de hombres completos, abiertos a todos los ámbitos del saber humano. Uno de los seguidores más destacado de Krause en España fue Francisco Giner de los Rios, fundador de la Escuela Libre de Enseñanza. Giner de los Ríos opuso libertad a autoridad.


Comparan la pedagogía de Giner a la de una escuela socrática, en la que el profesor influye en sus alumnos no por su autoridad, sino por su conocimiento, su sabiduría. La relación entre los alumnos y el profesor era íntima, cercana, familiar, para así poder influir mejor en su conciencia. Era una escuela eminentemente práctica, en la que cada alumno tenía un cuaderno (y no un libro académico) con el que trabajaba.

Si en lo filosófico Clarín se apuntó al krausismo, en lo literario se apuntó a la corriente positivista, del realismo y del naturalismo.

Biografía y bibliografía sobre el autor: Wikipedia, Cervantes virtual y Biblioteca de autor de esta misma.




ARGUMENTO DEL LIBRO


Según wikipedia, el argumento es este:

«La acción se centra en Vetusta (ciudad capital de provincia, muy identificable con Oviedo), donde la protagonista de la obra, Ana Ozores, se casa con el antiguo Regente de la Audiencia de la ciudad, Víctor Quintanar, hombre bondadoso pero maniático y mucho mayor que ella. Viéndose sentimentalmente abandonada, Ana Ozores empieza a ser cortejada por el donjuán provinciano Álvaro Mesía. Para completar el círculo, el canónigo magistral D. Fermín de Pas (confesor de Ana) también se enamora de la Regenta y se convierte en inconfesable rival de Mesía. Un gran retablo de personajes secundarios, retratados por Clarín con inmisericorde ironía, completa el paisaje humano de la novela.»

«El autor se sirve de la ciudad de Vetusta como símbolo de la vulgaridad, la incultura y el fariseísmo. Ana Ozores es un personaje aquejado de aquella patología del espíritu que se conoció como bovarismo. Desde otro punto de vista, Ana encarna la idealidad torturada que perece progresivamente ante una sociedad hipócrita. Con estas fuerzas en tensión, el escritor zamorano construyó un alegato cruel e inclemente de la vida provinciana española, ceñida a sus clases dirigentes, en tiempos de la Restauración finisecular.»

Parece bastante claro que La Regenta está basada en Madame Bovary, de Gustave Flaubert. Ignoro si Clarín leyó la novela de Flaubert, pero es probable que sí, ya que Bovary fue publicada en Francia en 1857. Yo no he leído (todavía) la obra de Flaubert, pero por el argumento de la novela publicado en Wikipedia, el desarrollo y desenlace son totalmente diferentes.




DESCARGÁ EL LIBRO:



Los libros de Leopoldo Alas Clarín se pueden descargar o leer online legalmente porque sus derechos de autor, copyright o como se llamen, caducaron hace decenios.

En este enlace de Wikisource se puede leer la obra completa de Leopoldo Alas Clarín. El enlace de Wikisource concreto es este.

También se puede leer online en este enlace de Cervantes Virtual, con prólogo de Benito Pérez Galdos.


MI OPINIÓN SOBRE EL LIBRO:


La Regenta retrata la vida cotidiana de la clase media alta y alta de una ciudad de provincias (como se decía antes). Apenas si salen personajes de otras clases sociales más bajas, y casi siempre son criados. Los hombres se reunen en el casino, las mujeres en las casas privadas, una día de una, otro día de otra. La actividad principal es husmear en las vidas privadas de los demás, criticando naturalmente a los ausentes de la reunión, y halagando a los presentes . En la siguiente reunión sociales se critica a los ausentes, aunque estuvieran y se le halagaran en la anterior reunión social . Es el culmen de la hipocresía social. La vida social se complementa con paseos en coche o a pie en las tardes en que hace buen tiempo, zarzuelas, teatro, óperas, obras benéficas, las misas en la catedral, las procesiones de semana santa y demás actos religiosos, etc.

Ana Ozores, es apodada La Regenta porque su marido fue Regente de la Audiencia, aunque ahora está retirado. Su padre dilapidó su pequeña fortuna en conspiraciones de café, y a su muerte, sus tías le casan con Victor Quintanar, un hombre bastante mayor que ella pero que, sin ser realmente rico, tiene una buena posición económica, y con el apetito sexual de un nabo, como dicen los ingleses. Quintanar es buena persona, pero más interesado en perseguir perdices que seres humanos con faldas.

El que si está interesado en perseguir mujeres es don Álvaro Mesía, donjuán de la provincia, de clase alta, terror (o pasión, según se mire) de criadas, doncellas, vírgenes, solteras y casadas, a quién ninguna fémina se le resiste. Bueno, ninguna, hasta que se topa con la Regenta. Y no es por falta de ganas de la misma, sino porque sus prejuicios religiosos por una parte, y su enamoramiento del tercer personaje principal, el canónigo magistral D. Fermín de Pas (confesor de Ana) , por otra, se lo impide, y quién, a su vez, se enamora perdidamente de Ana. Mientras la pasión del donjuan es simplemente un tema de amor propio (su ego le obliga a poner una banderita en la conquista de la mujer de Quintanar, de conquistar ese castillo que se le resiste), la pasión del magistral es un amor verdadero, o al menos eso cree él. La Regenta se vence unas veces del lado de don Álvaro, otras veces de don Fermín, y otras veces de sus deberes conyugales de fidelidad a su marido, ignorante, como casi siempre sucede, de las pasiones que levanta su mujer en uno y otro. ¿Caerá la de Quintanar en el pecado de infidelidad? ¿Logrará la de Quintanar deshacerse de sus prejuicios religiosos? ¿Quién será su elegido? ¿Don Álvaro o don Fermín?

Así pues, la novela es un triángulo amoroso, donde (por esta vez) el marido está ausente. Los puntos fuertes de la novela son, por una parte, el gran número de personajes secundarios y la gran descripción de los mismos, de sus puntos fuertes y sus flaquezas, y por otra, el estilo literarios del autor. Ambos hacen de esta una obra maestra, que todo el mundo debe leer.

Todos los aficionados a la literatura conocemos listas del estilo de "los cien libros que usted debe leer" o cosas parecidas. En mi modesta opinión, este libro debe estar incluido necesariamente en esta lista. Es una de las obras cumbre de la literatura en castellano del siglo XIX. Infaltable en cualquier biblioteca que se precie de serlo. Ya se que esto parece un tópico, pero es así.



OPINIONES SOBRE EL LIBRO:



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